En el mes del nacimiento de nuestra madre María es importante reflexionar sobre el valor de la familia y la protección que debe tener como eje fundamental de la sociedad. Este hecho, en la actualidad, cobra mayor relevancia por encontrarnos en tiempos de pandemia del COVID-19.
Refugio, consuelo, ayuda, apoyo y protección. Invocar a María significa recordar todo esto, porque la madre de Jesús, para el pueblo de Dios, es el refugio seguro y el modelo de vida para todo cristiano. Ante ello, este mes, la Iglesia conmemora la natividad de María.
De acuerdo con Vatican News, el portal de información de la Santa Sede, el nacimiento de la Virgen María es una de las fiestas marianas más antiguas.
Pero, ¿qué expresa el Vaticano que significa el nacimiento de María? Según expresan, su natividad es el anuncio de que la salvación estaba cerca. Y es que, con ella, se cumplía el anuncio de los profetas.
Actualmente, el texto (Biblia) nos habla del nacimiento de Jesús; sin embargo, de trasfondo nos habla de José y María, personas confiadas en Dios que aceptan, con sorpresa, este hecho único en la historia. Así, acogen en el seno de su familia el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Tan humano como el de cualquier niño y tan trascendente y sobrenatural, como es el nacimiento del Mesías prometido.
Entonces, el nacimiento de María queda registrado en la historia como el anuncio de que la salvación está cerca. Por ello, cada 8 de setiembre la Iglesia, como una gran familia, se congrega para celebrar, festejar y agasajar a María. Bajo esa mirada, y en el contexto mundial actual, los fieles encuentran dicha fecha como el día propicio para dar gracias a Dios por nacimiento de la madre del hijo que salvó al mundo. Por ende, madre de Dios y madre nuestra.
Origen de la celebración del nacimiento (natividad) de María
Según indica el Vaticano, se cree que su origen está ligado a la fiesta de la dedicación, en el siglo IV, de una antigua basílica mariana de Jerusalén, sobre cuyas ruinas fue construida en el s. XII la actual iglesia de Santa Ana. Específicamente, la tradición dice que en este lugar estuvo la casa de los padres de María (Joaquín y Ana), donde nació la Virgen. La fiesta comenzó a celebrarse en Roma en el siglo VIII, con el Papa Sergio I.
Junto a ella, existen otras dos natividades en el calendario romano. Hablamos de la Natividad de Jesús, el Hijo de Dios (25 de diciembre, Navidad); la de San Juan Bautista (24 de junio) y la de la Santísima Virgen María, el 8 de septiembre.
En los Evangelios no hay datos que confirmen esta fecha ni los nombres de los padres de María, que la tradición toma del Protoevangelio de Santiago, un escrito apócrifo del siglo II.
En Milán, esta fiesta se remonta al siglo X; la catedral, dedicada a “María naciente”, fue consagrada en 1572 por San Carlos Borromeo. Y siempre en Milán, en la calle Santa Sofía, se encuentra el santuario donde se conserva una imagen de María recién nacida, custodiada por las Hermanas de la Caridad de las Santas Bartolomea y Vicenta.